Cuando me preparé para la primera comunión recuerdo que…
Gran parte de la población de nuestro país ha vivido la experiencia de participar en un itinerario de catequesis sacramental. Esto hace que la catequesis sea un proceso de gran interés para la Iglesia porque es una instancia que posibilita la evangelización de un importante número de niños/as, jóvenes y adultos. Al mismo tiempo, los nuevos contextos como la secularización progresiva, la crisis de confianza en la Iglesia y los cambios en las estructuras familiares, emplazan a repensar la catequesis para que responda a las diferentes interrogantes del mundo contemporáneo. Frente a estos desafíos, la Iglesia que peregrina en Chile, ha realizado un extenso proceso de discernimiento que se concreta en el mandato de las actuales Orientaciones Pastorales 2023-2026 cuando señalan la necesidad de propiciar una urgente renovación de la catequesis (n.47f).
Investigar para renovar
En este contexto socio-eclesial surge el proyecto de investigación sobre buenas prácticas de catequesis sacramental en colegios católicos en Chile. El propósito del estudio era identificar las prácticas exitosas de catequesis, definir los elementos comunes que permitan clasificar dichas prácticas y vincular estos elementos con la misión educativa católica, en coherencia con el Directorio para la Catequesis de 2020 y el Proyecto Educativo Institucional de los colegios.
Para alcanzar estos objetivos, se optó por una metodología cualitativa basada en entrevistas a coordinadores de pastoral y catequistas en once colegios de diferentes localidades del país. A través de entrevistas individuales y grupos focales, se recogieron relatos de experiencias significativas que ayudaron a construir una visión integral de cómo se lleva a cabo la catequesis sacramental en el entorno escolar. De este modo, el presente artículo, recoge los hallazgos de esta investigación la cual fue posible gracias a la colaboración de catequistas y responsables de pastoral de algunos colegios católicos de Chile.
¿Catequesis en los colegios?
Cuando se reflexiona sobre la experiencia de la catequesis escolar, imaginamos un espacio donde la fe, la creatividad y la comunidad se entrelazan para dar vida a una experiencia profundamente transformadora, sin embargo, esta percepción positiva no está exenta de algunas críticas que provienen de ámbitos extra e intra ecelesiales.
Desde el ámbito social, sin lugar a duda, la educación es uno de los temas que constantemente se toma la agenda pública. Hace algunos años, con la llamada revolución pingüina iniciada en el 2006, los estudiantes salen a las calles a exigir una educación gratuita y de calidad. Junto a estas demandas se suele incluir el concepto de educación laica como un atributo valorado por cierta parte de la sociedad chilena, postura que pone en tela de juicio una educación de tipo confesional y, por cierto, la evangelización en contexto escolar. A pesar de estos cuestionamientos, los establecimientos educacionales católicos y de otras confesiones religiosas, son reconocidos por los ciudadanos como instituciones que aportan significativamente a la educación en Chile desde su propia identidad, la cual se expresa en su proyecto educativo y se concreta en múltiples acciones, entre ellas, la pastoral y junto a ella la catequesis sacramental.
Por su parte, la catequesis en colegios, ha sido cuestionada por algunas instancias intra eclesiales porque consideran que la escuela está marcada por lo formativo y académico. Esta característica hace que la catequesis tenga un matiz escolarizante, es decir, se confunde con la clase de religión y/o se oferta como un taller, lo cual no permite que se desplieguen las tareas que le son propias. Desde esta perspectiva se considera que el único lugar propicio para el buen dearrollo de la catequesis es la parroquia y, por lo tanto, no debería existir la catequesis en los colegios; incluso, para algunos la catequesis escolar se vuelve una especie de competencia, puesto que tiende a convocar un mayor número de niños/as y jóvenes.
En el fondo se pueden percibir rasgos de una eclesiología que considera que él único lugar eclesial legítimo para la catequesis es la parroquia. Por eso no es extraño, que esta haya sido una de las razones para que en diferentes países del mundo se haya tomado la decisión de eliminar la catequesis sacramental escolar. No es el caso de Chile en donde creemos y valoramos los diversos lugares eclesiales, apostando a que la diversidad es necesaria para la comunión. En la práctica hemos constatado que no es verdad que al cerrar una llave, el agua fluya con más fuerza por la otra, ya que el equilibrio no lo da la presión, sino la fuente que nutre el cauce. Es decir, si se decide eliminar la catequesis en los colegios, es muy probable que gran parte de los niños/a y jóvenes, por diversas razones, no se acerquen a la parroquia, lo cual les privaría de una experiencia significativa de crecimiento en la fe. Al respecto, el actual Directorio para la Catequesis afirma que la escuela es un verdadero “sujeto eclesial” (DC, n. 311), en comunión con la Iglesia particular a la que pertenece, por tanto, participa plenamente de la misión eclesial a través diversas experiencias, entre otras, la catequesis.
Experiencias de catequesis en colegios católicos
El trabajo de campo de la investigación nos permitió conocer diversos colegios y compartir experiencias con los coordinadores de pastoral y catequistas en ambientes escolares como profesores, apoderados y ex alumnos. Sus experiencias catequética proporcionó información provechosa para entender los procesos de catequesis insertos en los planes pastorales propios del colegio y, al mismo tiempo, valorar los procesos catequístico como realizaciones del Proyecto educativo, especialmente, en lo que se refiere a su dimensión identitaria. Con mucha alegría se observó que los colegios entendían muy bien la diferencia entre enseñanza escolar y catequesis sacramental en contexto escolar, comprendiendo así el alcance de los nuevos programa de religión católica desde una dimensión curricular y en diálogo con otras disciplinas.
Las narrativas de los participantes del estudio nos posibilitó identificar prácticas didácticas y metodológicas maravillosas que hacen de la catequesis sacramental algo vivo y significativo en muchos colegios del país. Sin embargo, estos descubrimientos no son totalmente originales, ya en el Directorio para la Catequesis de 2020 se invita a concebir la catequesis como un proceso integral, comunitario y contextualizado. Lo que estos colegios nos muestran es que más que inventar la rueda, necesitamos personas que crean en ella y la hagan rodar, creando neumáticos todo terreno para los pedregosos caminos que la cultura nos hace atravesar.
¿Qué hace especial a la catequesis en los colegios católicos?
En primer lugar, la catequesis escolar es especial cuando no se limita a preparar para los sacramentos, sino que forma parte de un itinerario continuo que integra fe, vida y comunidad. Esto está en total sintonía con el llamado del Directorio para la Catequesis, con respecto a que la catequesis no es una acción aislada, sino parte de un proceso evangelizador más amplio. Esto implica que la coordinación de la pastoral logre proponer una catequesis distinta de las clases tradicionales, permitiendo a los estudiantes crecer en su relación con Cristo y con los demás gracias a metodologías y didácticas más experienciales.
Espacios que inspiran
El Directorio para la Catequesis subraya la importancia de crear ambientes significativos para la fe, y esta investigación nos lo confirma: un espacio bien elegido puede ser el primer paso hacia un encuentro más profundo con Dios. Imagina un niño saliendo de la rutina del aula para encontrarse en una capilla acogedora, una sala reacondicionada o en un patio soleado, donde todo invita a conectarse con lo trascendente. Este cambio no solo marca una diferencia física, sino también espiritual.
Otra cosa que nos sorprendió fue descubrir in situ que la sala de pastoral de los colegios suele estar llena de estudiantes preguntando algo, pidiendo cosas, haciendo un trabajo, saludando a los “tios de pastoral” o cualquier otra excusa que hace de ese espacio un lugar vivo que la transforma en el corazón del colegio.
Creatividad en acción
La catequesis requiere métodos dinámicos que conecten con las personas en su realidad concreta. Los catequistas en este estudio mostraron cómo juegos, cantos, narraciones y dinámicas participativas transforman cada encuentro en una experiencia inolvidable. Desde organizar a los estudiantes en semicírculos hasta emplear tecnologías con códigos QR para actividades interactivas. Todo apunta a una catequesis que respete el principio de inculturación, encarnando el mensaje a cada contexto.
Una comunidad que camina junta
El enfoque comunitario también se refleja en las prácticas observadas. Padres, exalumnos y estudiantes mayores se integran al proceso catequético, creando redes de apoyo y aprendizaje mutuo. Estas redes no solo enriquecen la experiencia de los niños y adolescentes, sino que también fortalecen la comunidad educativa en su conjunto, recordándonos que la catequesis es un acto profundamente eclesial.
El secreto del éxito: la participación
El Directorio para la Catequesis destaca la importancia de involucrar activamente a los catequizandos. En esta investigación, vimos cómo la asistencia, el entusiasmo y la participación de los estudiantes son los mejores indicadores de éxito. Una catequesis que despierta interés y crea espacios de acogida atrae y transforma a niños/as, jóvenes y también a sus familias.
Un modelo para compartir
Lo aprendido en esta investigación no solo beneficia a los colegios participantes, sino que ofrece una guía práctica para implementar la propuesta del Directorio de acompañar a los estudiantes en su vida cotidiana y comunitaria para que descubran en esos espacios el amor de Dios.
Las buenas prácticas identificadas demuestran que renovar la catequesis es posible cuando hay compromiso y creatividad. Al combinar metodologías creativas, espacios significativos y un enfoque en la experiencia de fe personal, las buenas prácticas identificadas proponen una catequesis que va más allá de la instrucción doctrinal y se convierte en una auténtica experiencia de vida cristiana. Como nos recuerda el Directorio para la Catequesis, la fe no es una teoría, sino un encuentro vivo con Cristo. Así, entre risas, canciones y momentos de reflexión, la catequesis escolar se constituye un lugar donde la semilla de la fe germina, se fortalece y crece en la vida de niños, jóvenes y familias.
La misión continúa
Este estudio es solo el comienzo. Los desafíos que enfrentan la catequesis y la educación católica en el mundo actual son enormes, pero las prácticas observadas en estos colegios nos muestran que es posible responder a ellos con esperanza y creatividad. Se necesita de una comunidad educativa que crea en este proyecto. Volviendo a la analogía de la rueda, cuatro ruedas son siempre mejor que una para llevar adelante una propuesta identitaria.
La investigación no solo arroja luz sobre prácticas exitosas, sino que también aporta una teoría pedagógico-catequística que puede ser utilizada como modelo replicable en otras instituciones. Esto invita a las instituciones educativas católicas a reafirmar su identidad y compromiso pastoral, y a la Iglesia a seguir avanzando en una catequesis renovada que responda a los contextos actuales y a la misión evangelizadora, en sintonía con una pedagogía sinodal y comunitaria.
Para seguir pensando
La catequesis escolar en Chile nos enseña que los principios del Directorio para la Catequesis no son ideas abstractas, sino un llamado a vivir la fe con alegría, creatividad y sinodalidad. No es entonces necesario inventar la rueda, sino aprender y hacer juntos, para que la rueda de la evangelización siga llegando a los lugares más insospechados y sorprendentes.
¡Gracias a todos los que hacen posible esta misión tan hermosa!
Para descargar la ficha resumen de la investigación utiliza el siguiente link https://boosco.org/www/download/buenas-practicas-catequesis-sacramental/
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