Por Víctor Villa Castro.
Con información e imágenes de ADN Celam
“Nos sentimos impulsados a renovar nuestro compromiso con una Iglesia misericordiosa, sinodal y en salida”. Con estas palabras, los obispos latinoamericanos y caribeños sintetizaron el espíritu de la 40.ª Asamblea General Ordinaria del Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (Celam), realizada del 26 al 30 de mayo de 2025 en la ciudad de Río de Janeiro. El encuentro convocó a los presidentes y secretarios generales de las conferencias episcopales del continente, quienes reflexionaron en un clima de comunión, oración y discernimiento sobre los desafíos actuales y el camino pastoral que la Iglesia está llamada a recorrer con fidelidad y valentía. Por Chile, participaron el Arzobispo René Rebolledo y el Obispo Cristián Castro, así como el obispo Ricardo Morales, como integrante del equipo organizador del Celam.
Uno de los momentos más significativos de la Asamblea fue la conmemoración de los 70 años de la primera Conferencia General del Episcopado Latinoamericano, realizada también en Río de Janeiro en 1955, y que dio origen al Celam como organismo de comunión, formación y servicio al continente. Los obispos recordaron este hito con gratitud, evocando la visión profética de figuras como Mons. Manuel Larraín y renovando su compromiso con una Iglesia que escucha los clamores de los pueblos, enfrenta la pobreza, la violencia y la crisis ambiental, y camina sinodalmente hacia una ecología integral y una presencia transformadora en medio de las realidades más urgentes de América Latina y El Caribe.
El mensaje del Papa Leon XIV: salir al encuentro para reavivar la esperanza
En el marco de la 40.ª Asamblea General Plenaria del Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (Celam), el Papa León XIV envió un mensaje de cercanía a los obispos del Continente.
León XIV recordó que el Celam es signo de colegialidad, así como también el órgano de contacto, de colaboración y de servicio de las Conferencias Episcopales de todo el continente. Asimismo indicó que los esfuerzos de los pastores de Latinoamérica y el Caribe, a lo largo de estos años, se enfocan “en la tarea de la evangelización y la atención pastoral al santo pueblo fiel de Dios que peregrina en ese amado continente”.
El Santo Padre mencionó que en el actual contexto histórico “un gran número de hombres y mujeres sufren la tribulación y la pobreza”, producto de las continuas crisis a escala continental y mundial.
Por eso, “tenemos urgente necesidad de recordar que es el Resucitado, presente en medio de nosotros, quien protege y guía a la iglesia reavivándola en la esperanza, a través del amor”.
El Sumo Pontífice hizo votos para que todos sus hermanos obispos fortalezcan suplicándole “su misión de salir al encuentro de tantos hermanos y hermanas, para anunciarles el mensaje de salvación de Cristo Jesús” haciéndolos partícipes de “la alegría que nace del encuentro personal con él”.
Finalmente, agradeció al Celam su servicio de animación misionera que “realiza en esas tierras latinoamericanas”, al tiempo que ha pedido “oren al buen pastor por mí, para que sea siempre fiel al ministerio en favor de la iglesia universal que ha querido confiarme”.
Invocando la protección de la Patrona de América, Nuestra Señora de Guadalupe, León XIV impartió su bendición apostólica “como prenda de abundantes bienes celestes”.
VIDEO: Celam, 70 años sembrando esperanza
​Algo de la historia del CELAM
El Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (Celam) ha sido testigo y protagonista de la historia eclesial en América Latina, con raíces que se remontan a encuentros y concilios que marcaron los primeros pasos de la región en su camino de unidad y evangelización.
Desde los concilios provinciales del siglo XVI en Lima y México, pasando por el Concilio Plenario Latinoamericano de 1899 en Roma, hasta la creación en 1858 del Colegio Pío Latinoamericano en Roma, los diversos momentos históricos han fortalecido la identidad de una Iglesia comprometida con la unidad y el servicio.
¿Cómo nace el Celam?
El origen del Celam se remonta a la Primera Conferencia General del Episcopado Latinoamericano, convocada por el Papa Pío XII en Río de Janeiro del 25 de julio al 4 de agosto de 1955.
La petición unánime de los obispos fue la creación de un organismo que coordine esfuerzos y fomente la comunión entre las Iglesias de la región, aprobación que fue oficializada por el Papa en noviembre de ese mismo año.
Desde su fundación, el Celam ha impulsado hitos clave en la misión pastoral latinoamericana.
Esta primera Conferencia General del Episcopado Latinoamericano buscó soluciones prácticas a problemas críticos: escasez de vocaciones, amenazas a la fe y desigualdades sociales.
El Papa Pío XII, en la carta ‘Ad Ecclesiam Christi’, institucionalizó la amplia y cordial colaboración entre los episcopados del continente, motivando con ello su organización a través del Celam.
Es así como inspirados en las enseñanzas de Pío XII y en el Concilio Plenario de 1899, los obispos sentaron las bases de una Iglesia comprometida con la educación, los derechos sociales y la defensa de la fe.
Destacan las cinco Conferencias Generales realizadas entre 1955 y 2007: Medellín (1968), Puebla (1979), Santo Domingo (1992) y Aparecida (2007), las cuales han marcado la enseñanza y el compromiso de la Iglesia ante los desafíos sociales, evangelizadores y culturales del continente.
Cada conferencia ha profundizado en la opción por los pobres, el compromiso con la justicia social, la importancia de la evangelización de la cultura y la espiritualidad popular, reafirmando la misión de vivir y anunciar el Evangelio en contextos diversos.
Colegialidad episcopal y sinodalidad
La identidad del Celam se centra en su servicio a la comunión, la colegialidad episcopal y la sinodalidad, guiada por los principios del Vaticano II y una constante apertura a los signos de los tiempos.
A lo largo de los años, ha promovido la formación, la comunicación, el diálogo ecuménico y la articulación social en su misión de ser un referente para la Iglesia en América Latina y el Caribe.
En la actualidad, tras la 37.ª Asamblea General en Honduras en 2019, este organismo impulsó un proceso de renovación y reestructuración, buscando ser más ágil, inclusivo y comprometido con el magisterio de la Iglesia.
Así pues, fortaleció la participación del laicado, mujeres y la vida consagrada, y potenciando su voz profética en la región.
Fiel a su historia de liderazgo, desde su renovación ha impulsado importantes procesos: creación de la Conferencia Eclesial de la Amazonía (Ceama), la primera Asamblea Eclesial de América Latina y el Caribe, la fase continental del Sínodo de la Sinodalidad.
Asimismo sigue animando la consolidación de redes eclesiales territoriales y temáticas como la Red Eclesial Ecológica Mesoamericana (Remam), Red Eclesial Panamazónica (Repam), Red del Gran Chaco y Acuífero Guaraní (Regchag), Red de migración, refugio y trata Clamor, Red Latinoamericana de la Cultura del Cuidado, Comisión animadora de mujeres en la Iglesia y la Sociedad, Economías de Francisco, entre otras.
El Celam continúa escribiendo una historia marcada por la fidelidad, la innovación y el servicio, consolidándose como un referente en la Evangelización, servicio pastoral y justicia social en América Latina y el Caribe.
El rol de Obispo Manuel Larraín en la creación del Celam
Destacable fue la participación en la fundación del naciente Consejo Episcopal Latinoamericano, del Obispo de Talca Manuel Larraín Errázuriz, quien fue una figura clave y uno de sus impulsores, siendo elegido primer Vicepresidente en su primera directiva y en 1964 designado Presidente, hasta su inesperada muerte en un accidente automovilístico en 1966.
Monseñor Manuel Larraín Errázuriz, obispo de Talca entre 1938 y 1966, fue una figura clave en el surgimiento de una conciencia eclesial auténticamente latinoamericana. Profundamente enraizado en la tradición católica, pero abierto a los desafíos del mundo moderno, Larraín fue un precursor del Concilio Vaticano II en América Latina, promoviendo una Iglesia cercana a los pobres, dialogante con la realidad social y consciente de su misión histórica en el continente. Su pensamiento pastoral y teológico se orientó a leer los “signos de los tiempos”, y a renovar la vida eclesial con audacia, fidelidad y visión profética. Su legado más profundo fue impulsar una Iglesia en discernimiento permanente, capaz de repensar su acción desde el contexto concreto de los pueblos de la región.
Con visión colegial y sentido de comunión, Larraín promovió la articulación entre las Iglesias del continente como expresión concreta de la misión compartida en América Latina. Su impulso permitió fundar un organismo capaz de responder, desde una lectura pastoral común, a los desafíos sociales y espirituales del continente. El espíritu que animó la fundación del CELAM —unidad para la misión— quedó plasmado en la Conferencia de Medellín (1968), que aunque ya sin Larraín vivo, recogió plenamente su visión pastoral y teológica.
Ponencia del Cardenal Rodríguez Maradiaga por los 70 años del Celam: «Sigamos remando mar adentro en la misión»
Mirar al pasado para agradecer, al presente para reconocer y al futuro para proyectar, fue la propuesta que hizo el cardenal Óscar Andrés Rodriguez Maradiaga, durante la ponencia inaugural de la 40.ª Asamblea General Ordinaria del Celam que se desarrolló en Río de Janeiro. El cardenal Maradiaga es una figura destacada en la historia de la Iglesia continental y en el Consejo Episcopal, organismo del que fue secretario general, presidente y referente en distintas áreas. Por ello, a continuación el texto íntegro de su presentación ante los presidentes y secretarios generales de los Episcopados del continente:
70 años del CELAM
La efemérides que nos reúne en esta “CIDADE MARAVILHOSA cheia de encantos mil”, no es simplemente algo de historia, una crónica más. Sabemos con el tiempo Pascual que estamos viviendo, que en Cristo, Dios nos salva entrando en la Historia, y desde entonces nuestras historias se vuelven historia de salvación.
Queremos reflexionar sobre los 70 años de este organismo providencial con una mirada al pasado para agradecer, al presente para reconocer y al futuro para proyectar en este año jubilar, sabiendo que la esperanza no defrauda.
El pasado: Sabemos que el Papa Pio XII quien había visitado América del Sur como Cardenal Eugenio Pacelli, impresionado por las posibilidades de un continente joven y en continuo crecimiento y conocedor del Concilio Plenario a finales del siglo XIX y principios del siglo XX, tuvo la feliz idea de la primera asamblea episcopal de América Latina aquí en Río de Janeiro hoy hace 70 años.
Así nació el CELAM, Consejo Episcopal Latino Americano. Se dispuso entonces que la Sede permanente sería Bogotá, Colombia, como punto convergente y más o menos equidistante para las 22 Conferencias Episcopales del Continente.
Es importante saber que ya desde 1942 por iniciativa de un obispo de El Salvador y otro de Costa Rica había nacido el SEDAC, Secretariado Episcopal de AMÉRICA central.
En esos años, los episcopados del Continente estaban más relacionados con Roma y el Vaticano, que entre ellos mismos.
Uno de los frutos inmediatos del recién nacido CELAM fue la preparación del Concilio Vaticano II. Allí en las cuatro sesiones, pudieron conocerse más. Y así surge el primer gran hito de la Historia del CELAM: la II Conferencia General del Episcopado Latinoamericano celebrada en Medellin en 1968 e inaugurada por el Papa Pablo VI. El tema fue “La Iglesia en la actual transformación de América Latina a la luz del Concilio Ecuménico Vaticano II”. Los 16 Documentos surgidos de esa reunión fructificaron en un renacimiento de la Iglesia en todo el Continente. El entonces Secretario General del CELAM, hoy beato Cardenal Eduardo Pironio, posteriormente su presidente, fue una pieza clave en el mapa de la renovación conciliar. Fueron también los años de la “Pastoral de Conjunto” impulsada por el Concilio Vaticano II. Surge también entonces la Teología de la Liberación basada en la “opción preferencial por los pobres” formulada en esa segunda conferencia y que ahora es ya un principio maduro de la Doctrina Social de la Iglesia.
El Post Medellín se caracterizó por un dinamismo especial centrado en la formación de agentes de Pastoral, liturgia, doctrina social y teología que impartían cursos en varios países. No faltaron dificultades que culminaron en polarizaciones.
Se llega así a la III Conferencia General celebrada en Puebla y programada para Octubre de 1978. La muerte de Pablo VI y de Juan Pablo I y la elección de Juan Pablo II pospusieron la fecha celebrándose esta entre enero y febrero de 1979 bajo la presidencia del Cardenal Aloysio Lorscheider.
El tema escogido fue “la Evangelización en el presente y en el futuro de América Latina”.El Papa Juan Pablo II inauguró la Conferencia. El lema Comunión y Participación quería ser una aplicación de la Evangelii Nuntiandi para nuestra realidad.
El Documento de Puebla tiene aún hoy día plena vigencia en el clima de confrontación e ideologizacion que vivimos, e influyó también en la temática del Sinodo sobre la sinodalidad. Una iniciativa muy positiva fue un curso de profundización del Documento de Puebla que se llevó a cabo en la Ceja,Antioquia, para 140 sacerdotes durante 9 semanas.La Organización del secretariado se amplió con Secretarías y Secciones que dinamizaron y motivaron a las Conferencias Episcopales a organizarse de la misma manera. Este modelo duró hasta 2019 cuando comenzó a desarrollarse la actual reforma.
Es de notar que las Conferencias Episcopales de Asia han seguido bastante el modelo de integración del CELAM, también algunas de Africa. Un poco menos las de Europa. Y el CELAM dialoga con todos ellos.
Se iniciaron las llamadas reuniones interamericanas, para un diálogo e intercambio entre el CELAM y los Episcopados de Canadá y los Estados Unidos. Usualmente con 5 representantes de ellos y 10 del CELAM, cambiando de Sede cada año. Al principio fueron bastante informales, pero poco a poco se desarrollaron más profundamente. Fueron muy útiles en la preparación del Sínodo de América en 1997. Posteriormente pasaron a llamarse reuniones de la Iglesia en América.
Recordamos que en 1980, el Papa San Juan Pablo II visitó Río de Janeiro para los XXV años del CELAM. Allí resonó la voz “a bencao Jao di Deus..nosso povo ti abarça. Tu vems en misao de paz, sei benvindo e abençoa isto povo que ti ama”.
El post Puebla fue muy positivo desarrollando la nueva evangelización y bajo la iniciativa del Cardenal Antonio Quarracino se realizó el novenario de años preparatorio del Quinto Centerario del inicio de la Evangelización del Continente. Se unificaron los centros de formación que estaban en varios países y se formó entonces el ITEPAL que funcionó en Medellín hasta 1989 en que se trasladó a Bogotá en un terreno comprado en la calle 170 y cuya sede duró hasta 2018.
En 1989 el CELAM obtuvo autorización para realizar una Reunión de Secretarios Generales de las Conferencias Episcopales de las Antillas Menores. Fue la primera vez en 30 años en Cuba. Posteriormente se pudo realizar una Reunión Interamericana en La Habana y el Presidente Castro recibió a los participantes.
La asamblea de 1987 pidió la posibilidad de una IV Conferencia del Episcopado y fue aprobada por el Papa a realizarse en Santo Domingo en 1992 con el tema “Nueva Evangelización, Promoción Humana, Cultura Cristiana”.
El CELAM promovió el I Congreso Latinoamericano de Doctrina Social de la Iglesia que se desarrolló en Santiago de Chile en 1991.
En esos años hubo adversarios del CELAM que estuvieron a punto de hacer fracasar la IV Conferencia y habían hecho circular la voz que dicha reunión desembocaría en un cisma y que era mejor que la Pontificia Comisión para América Latina sustituyese al CELAM.
Quiero recordar aquí a Dom Luciano Méndez de Almeida a quien debemos en gran parte que se haya llegado a buen puerto con un Documento que merecía mejor suerte.
La historia de la salvación se construye con luces y sombras.Fue clave el apoyo de San Juan Pablo II, quien siempre amó al CELAM. Él mismo quiso también inaugurar la Conferencia a pesar de estar convaleciente de una cirugía y su discurso a los indígenas no debería ser ignorado.
El post Santo Domingo se caracterizó por la informática que modernizó la sede de la calle 78. Merece mencionarse el Centro de Publicaciones que ha contribuído grandemente a la formación permanente de los hermanos Obispos. Ha sido un gran esfuerzo económico que ha hecho y sigue haciendo mucho bien.
En medio de los problemas políticos también la sede del CELAM sufrió los daños de un coche bomba y la ocupación de un grupo guerrillero con personas muy sencillas de comunidades engañadas, y su finalidad era que el M19 se convirtiese en un partido político reconocido por el gobierno de Colombia.
Después de una semana de difíciles negociaciones, se logró la libertad del personal que estaba cautivo, religiosas,sacerdotes y laicos que gracias a Dios resultaron ilesos y los ocupantes se fueron, no sin dejar daños notables. Eso motivó la búsqueda una nueva sede que se construyó en USAQUEN. Bajo la presidencia del Cardenal Darío Castrillón Hoyos se inauguró en 1989.
Los distintos Sínodos continentales no permitieron la posibilidad de otra Conferencia General, hasta que después de 15 años se pidió la
V Conferencia General del Episcopado y se preparó con mucho trabajo.
En el año 2006 se desarrolló el II Congreso de Doctrina Social de la Iglesia en Ciudad de México.
Llegamos así a la Conferencia de Aparecida en el año 2007. El Papa Benedicto XVI la inauguró bajo la presidencia del Cardenal Francisco Javier Errázuriz Ossa en el Santuario de Nuestra Señora Aparecida.Brasil.
El Tema escogido fue “Discípulos y Misioneros de Jesucristo para que en Él nuestros pueblos tengan vida”.Se enfatizó la conversión pastoral y el discipulado misionero.
El clima fraterno y de gran libertad a los pies de la Madre del cielo favoreció una participación muy grande y produjo un Documento muy rico pastoralmente.
No podemos olvidar que el Cardenal Jorge Mario Bergoglio fue el jefe de la comisión de redacción del documento y ya como Papa Francisco fue uno de sus grandes promotores. Lo recordamos entrañablemente con gratitud y oramos por su eterno descanso.
El Post Aparecida se caracterizó por mucho entusiasmo evangelizador y la difusión del mismo comenzando por el Papa Francisco quien lo obsequiaba a los jefes de Estado que le visitaban.
En la asamblea de Tegucigalpa en Mayo de 2019, se tomaron decisiones muy importantes. Sé pidió a la nueva directiva que explorara la posibilidad de una nueva Conferencia General, dado que habían transcurrido 12 años desde Aparecida. Consultado el Santo Padre,él respondió que no lo consideraba oportuno, puesto que Aparecida estaba todavía en muchas partes sin aplicar. Y dijo:” imaginen algo distinto”, y de ahí surgió la primera Asamblea Eclesial con el tema: “todos somos discípulos misioneros en salida”,que se desarrolló en Mexico, y que ha sido una experiencia que anticipó al Sínodo sobre la Sinodalidad.Hasta el día de hoy no ha habido otro acontecimiento de Iglesia tan participado. Está certificada la cifra de 70 mil personas que tomaron parte a través de internet.
Pero además se logró, especialmente con un gran esfuerzo del Presidente Monseñor Miguel Cabrejos,quien visitó todas las Conferencias Episcopales, la ansiada reforma de la estructura del CELAM y culminar la construcción de la nueva sede como un signo de presencia hacia el futuro.
El presente: Los signos de los tiempos reflejados en el nuevo plan global y el nuevo pontificado en medio de un año jubilar desafían a un CELAM centrado en Cristo a los 1700 años del Concilio de Nicea. Apenas el martes pasado se conmemoró el inicio de ese Concilio.
El conocimiento mutuo y la fraternidad entre los Obispos Latinoamericanos es un don y una tarea para seguir cultivando en un mundo cada vez más individualista y auto referencial. La tarea de llevar adelante el Sínodo de la Sinodalidad es una asignatura pendiente. Precisamente en el próximo mes de Junio están citadas las 10 comisiones especiales establecidas por el Papa Francisco para informar sobre su trabajo. El CELAM sin duda será clave en su aplicación a nuestra realidad. Otra tarea pendiente es el conocimiento y la puesta en práctica de la Constitución “Praedicate Evangelium”, que no se refiere únicamente a la curia vaticana, sino que es un nuevo espíritu para las Diócesis del mundo.
El futuro: La Divina Providencia ha querido regalarnos un Papa de nuestro continente, que une en su persona a Canadá, Estados Unidos y América Latina. Su nombre Leon XIV ya nos recuerda que la Doctrina Social de la Iglesia iniciada por su antecesor en el Pontificado fue un pionero en tiempos de la revolución industrial de mucha injusticia social. Hoy en sus mismas palabras se trata de la “Revolución Digital”.Quiero aquí recordar que después de la Conferencia de Puebla, el CELAM produjo el primer compendio de Doctrina Social de la Iglesia en América Latina, que se llamó FE CRISTIANA Y COMPROMISO SOCIAL , bajo la dirección de Monseñor Luis Bambaren. Nos adelantamos al Compendio de la Comisión Pontificia de Justicia y Paz.
Tenemos por delante la próxima COP (Conferencia de Naciones Unida sobre el Cambio climático) a desarrollarse en Belén, Pará, aquí en Brasil el próximo mes de Noviembre y el CELAM sin duda alguna con los hermanos del Brasil no puede ser un simple observador. Laudato Si y Laudate Deum esperan ser aplicados valientemente.
Queridos hermanos del Brasil, el CELAM está con Ustedes. Y cómo nos gustaría que este fuese el primer viaje del Papa León XIV a este Continente. Sería un espaldarazo a una iniciativa que choca con la indiferencia de los grandes de este mundo.
Gracias al Señor de la Historia resucitado de entre los muertos para darnos nueva vida. Gracias a Nuestra Señora Aparecida y a todos los que han servido en el CELAM en estos 70 años. Sigamos remando mar adentro en la misión, la comunión y la participación.
Muchas gracias.
OSCAR ANDRES CARDENAL RODRIGUEZ MARADIAGA, S.D.B.
Arzobispo Emérito de Tegucigalpa. Honduras
27 de Mayo de 2025.