Hace poco más de 50 años la Iglesia celebraba con júbilo y esperanza el término del Concilio Vaticano II, tras cuatro periodos de sesiones inaugu- rados por San Juan XXIII y cerrados por el Bienaventurado Pablo VI. Este año conmemoramos los 500 años del comienzo de la Reforma, lo cual puede ayudar al encuentro y reconciliación.