En La Moneda pidió perdón por los abusos sexuales a menores de edad por parte de clérigos; en el Parque O ́Higgins oró por la paz y la justicia. En el centro penitenciario femenino nos emocionaron sus palabras que enfatizaron en que se puede perder la libertad pero jamás la dignidad. A los Obispos en la catedral de Santiago nos recordó que debemos ser pastores al servicio del pueblo de Dios. Comió sopaipillas en el Santuario del Padre Hurtado con los “patroncitos” y migrantes. En Temuco destacó el valor de los pueblos originarios y en Iquique valoró el tesoro de la piedad popular y la devoción a la Virgen del Carmen. En la Universidad Católica enfatizó en que su misión es ser un espacio de diálogo más que de confronta- ción; de encuentro más que división, para cimentar “caminos de amistosa discrepancia para avanzar en comunidad hacia una renovada convivencia nacional”.
Y junto a los jóvenes en Maipú nos entregó su contraseña que debería guiar todas nuestras acciones, la “batería para encender nuestro corazón y nuestra fe: ¿Qué haría Cristo en mi lugar?
A su paso por las calles del país, personas y grupos de las más diversas procedencias concurrieron a saludarle y a agradecer el camino de renova- ción que nos invita a seguir en la Iglesia.
En esta edición de Revista Servicio digital repasamos cada uno de estos momentos vividos junto al Papa Francisco en Chile y así aportar a la re- flexión de nuestras comunidades sobre el caminar de la Iglesia en Chile.
+ Fernando Ramos P.
Secretario General Conferencia Episcopal de Chile