Este número de la revista Servicio, que retoma con esta publicación sus ediciones periódicas, está dedicado especialmente a la Tercera Asamblea Eclesial Nacional, realizada del 7 al 9 de octubre de 2022, en la que delegados y representante de la diócesis y otras comunidades de la Iglesia en Chile, dialogamos sobre la conversión de nuestras relaciones y estructuras en vistas de edificar una Iglesia más sinodal, profética y esperanzadora. Encontrarán aquí información sobre dicha Asamblea, junto a las propuestas de los participantes, que conformaron esos días 60 comunidades para el diálogo y el discernimiento.
La Tercera Asamblea Eclesial no ha sido un hecho aislado, sino un fruto muy importante del proceso de discernimiento eclesial iniciado a fines de 2018, a raíz de la crisis de los abusos manifestada con fuerza ese año. Enriquecido y fortalecido con el camino sinodal al que nos convocó el Papa en 2021, el discernimiento eclesial ha sido fuente de diversos frutos en nuestras parroquias, diócesis y comunidades, pues nos ha permitido reconocer la realidad, discernir los llamados de Dios y comenzar a concretar caminos de conversión y renovación. Los cambios casi siempre cuestan, hay entre nosotros múltiples fragilidades y también resistencias, pero hemos ido viviendo una experiencia comunitaria como pueblo de Dios, en comunión y participación, que ya es expresión de esa Iglesia que el Señor nos llama a edificar.
La Tercera Asamblea Eclesial también ha sido una experiencia de comunión y participación, vivida en un clima de encuentro, oración y de diálogo sincero. Lejos de quedar cerrada con el acto de clausura el 10 de octubre, sus aportaciones expresadas en criterios, orientaciones y propuestas para la vida y misión de la Iglesia, están llamadas a acompañar las búsquedas y concreciones pastorales en cada Iglesia local y en toda comunidad que busque caminos de renovación. La misma Conferencia Episcopal está recogiendo actualmente dichas aportaciones, junto a las de todo el proceso de discernimiento y sinodal, para elaborar un breve documento con orientaciones y compromisos para animar la vida de la Iglesia en Chile en los próximos años.
El discernimiento y la sinodalidad no se agotan en un evento, ni siquiera en un proceso. Tienen que ser un modo de funcionar, un modo de ser Iglesia, que pase a ser parte de nuestra cultura y de nuestra misión. La sinodalidad es “la específica forma de vivir y obrar de la Iglesia pueblo de Dios”, nos recuerda la Comisión Teológica Internacional. De manera que confiemos al Señor este camino que venimos haciendo y pongamos en sus manos sus frutos más permanentes y evangélicos.
+ Sergio Pérez de Arce Arriagada, sscc
Obispo de Chillán
Secretario General CECh