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Editorial

Roma: breves notas memoriales

Hemos regresado felices y animados para la Misión Continental. Cada obispo de la Conferencia Episcopal tuvo un encuentro personal con el Santo Padre Benedicto XVI y, en conjunto, visitamos los distintos Dicasterios de la Curia Romana. Su culminación fue la audiencia conjunta con el Papa, el jueves 4 de diciembre de 2008. Allí pudimos recibir su mensaje que es un verdadero itinerario espiritual y pastoral.

Las semanas comprendidas entre el lunes 24 de noviembre y el viernes 5 de diciembre de la visita “ad Limina” de los obispos de Chile, han sido un tiempo de gracia, precedido por la peregrinación de la mayoría de ellos a Tierra Santa que muchos no conocían.

Fueron días intensos en trabajos y reuniones; pero sobre todo fueron días de auténtica fraternidad episcopal. Vivimos en la Casa Romana del Clero, a pasos de San Pedro. Allí compartimos la Eucaristía, la oración, la mesa fraterna, siempre alegre y servicial animada por las religiosas y el sacerdote responsable de la Casa. Allí recibimos innumerables visitas de chilenos residentes en Roma o de paso por la Ciudad eterna. Celebramos la Santa Misa en las cuatro Basílicas mayores. Rezamos en la tumba de Juan Pablo II.

Un encuentro especial fue la celebración eucarística en la parroquia romana Santa María de la Paz, asignada a nuestro Cardenal Francisco Javier Errázuriz. Allí el domingo 30 de noviembre, decenas de sacerdotes, autoridades diplomáticas de Chile y Argentina, familias chilenas, religiosas y laicos agradecimos al Señor y a la Virgen por el don de la paz.

Esta visita “ad Limina” ha permitido acrecentar los vínculos fraternos entre los obispos, ampliar horizontes conociendo la solicitud de la Santa Sede por la Iglesia Universal, el mundo contemporáneo y la necesidad de seguir trabajando colegiadamente en las grandes orientaciones pastorales de cara a la Misión Continental.

Medios de comunicación como la RAI, Radio Vaticana y L’Osservatore Romano pidieron entrevistas a obispos chilenos. Es impresionante el conocimiento de los periodistas especializados en temas de Iglesia y el interés por la misión de la Iglesia en temas como la justicia, la paz, las opciones pastorales por la familia, los jóvenes y los pobres. También Canal 13, con su periodista Matilde Burgos, siguió con profesionalismo e idoneidad estas jornadas.

Otros momentos que deseo incluir en esta breve memoria son la reunión con el Cardenal Angelo Sodano, actual Decano del Colegio Cardenalicio; con monseñor Piero Pioppo y el equipo del Istituto per le Opere di Religione, donde pudimos conocer las reales dimensiones de la actual crisis financiera; con la Comunidad de San Egidio, siempre acogedora y solícita en temas como la paz entre las naciones, así como la Misa y el encuentro con la Congregación de la Madre de Dios en Santa Maria in Campitelli, templo maravilloso que ya había acogido a los peregrinos chilenos, con ocasión de la canonización de Teresa de Los Andes; y la acogida de la Pontificia Comisión para América Latina y del Pontificio Consejo para las Comunicaciones Sociales, donde iniciamos las dos primeras sesiones de nuestra Asamblea Plenaria.

Una palabra de especial gratitud va dirigida al Embajador don Pablo Cabrera, su esposa Cecilia y a todos sus colaboradores en la Embajada de Chile ante la Santa Sede. En ellos reconocemos la colaboración del Excmo. Gobierno de Chile en sus relaciones con la Iglesia Católica.

Ciertamente, no es éste el lugar para entrar en detalles sobre un domingo en que asistí con otro amigo obispo y sacerdotes colombianos al Estadio Olímpico de Roma, con triunfo de la Roma sobre la Florentina.

Dos ideas para concluir estas breves notas memoriales.

Primero: que podamos reflexionar en comunidad el discurso del Santo Padre. El Papa invitó al cultivo de la vida espiritual de los obispos; recordó la vocación a la santidad de vida de los creyentes; se refirió a las Orientaciones Pastorales para “suscitar en todos los fieles el gozo de seguir a Cristo, así como una mayor conciencia misionera que permita a toda la comunidad eclesial chilena afrontar con verdadero impulso apostólico los desafíos del momento presente”; reconoció la tarea insoslayable de los sacerdotes pidiéndonos transmitir “mi reconocimiento por su fidelidad al ministerio recibido y por su trabajo constante y abnegado”, así como nuestra cercanía en sus dificultades, ayudándolos “para que, entre las múltiples actividades que llenan su jornada, sepan dar la primacía a la oración y a la celebración de la Eucaristía, que los conforma a Jesucristo, Sumo y Eterno Sacerdote”. Hizo un llamado para buscar mejorar la formación integral de los seminaristas y de los laicos “que les lleve a un mayor compromiso misionero en sus vidas (…)”, porque “todos los sectores de la sociedad pueden ser iluminados con la luz de la fe. Pienso, entre otros, en el mundo de la cultura, de la ciencia y la política, en la promoción de la familia, fundada sobre el matrimonio entre un hombre y una mujer, en la creación de condiciones de trabajo más justas y en la ayuda a los más desfavorecidos, en el cuidado del medio ambiente, en la defensa de la vida humana en todas las etapas de su existencia y en el derecho y obligación de los padres a la educación moral y espiritual de sus hijos”. El Papa, finalmente, confió encarecidamente a los obispos “la actividad caritativa de vuestras diócesis en favor de los pobres. En efecto, a ejemplo de la primera comunidad de discípulos (…), hemos de intentar que la Iglesia, como familia de Dios, sea un lugar de ayuda recíproca (…)”.

Segundo: en Roma elegimos un nuevo Secretario General de la Conferencia Episcopal. Desde el 1º de marzo de 2009, será monseñor Santiago Silva, obispo auxiliar de Valparaíso, amigo desde hace veinte años por nuestra vida común en Roma, quien animará la Secretaría General de la Conferencia Episcopal. Viene con ideas nuevas y estoy seguro que dará una nueva impronta a este hermoso trabajo.

Ayudémoslo en esta nueva responsabilidad. Por mi parte, doy gracias a los colaboradores de la CECh de todos los días, especialmente a Enrique Palet, Jaime Coiro, Jaime Carmona, Raquel Torres, Magdalena Valenzuela, Ingrid Riederer, P. Edgardo Fernández, Lorenzo Figueroa, Angélica Ponce, Hna. Luisa Escobar, así como a todos a quienes hacen posible que nuestra revista SERVICIO esté a su servicio.

Cristián Contreras Villarroel
Obispo Auxiliar y Vicario General de Santiago
Secretario General de la CECH