En la presentación del documento: “Fui forastero y me recibieron (Mt 25, 35)”, una mirada cristiana a la migración
El pasado 12 de junio, los obispos de la Conferencia Episcopal de Chile (CECh) dieron a conocer, en conferencia de prensa, un documento con el que buscan contribuir a lograr una mirada cristiana del fenómeno de la migración. Los miembros del Episcopado expresaron, además, su máxima preocupación por el creciente sentimiento desfavorable hacia la migración que se advierte entre los chilenos. Subrayaron la importancia de abordar esta temática desde una perspectiva de solidaridad y acogida, fundamentada en los principios de la fe cristiana.
El documento denominado “Fui forastero y me recibieron (Mt 25, 35)”, una mirada cristiana a la migración, fue presentado en las oficinas del Instituto Católico Chileno de Migración (INCAMI) que está emplazado en la Parroquia Latinoamericana en la comuna de Providencia. Antes de profundizar en el texto, los obispos, panelistas e invitados, recorrieron las instalaciones, momento en el que pudieron dialogar con quienes prestan servicios en dicho lugar, así como algunas personas migrantes.
Luego, en la presentación, los integrantes de la CECh se reunieron con agrupaciones de la sociedad civil y del Estado que trabajan en temas migratorios. Participaron del diálogo sobre el documento Juan Pablo Ramaciotti, director ejecutivo del Centro de Políticas Migratorias; Felipe Harboe, abogado y ex senador por las regiones de Ñuble y Bío-Bío; y Francisco Jiménez, integrante de la Unión Social de Empresarios Cristianos (USEC).
La conversación se centró en la discusión y coordinación de esfuerzos para mejorar las condiciones y derechos de los migrantes en Chile. Las autoridades presentes destacaron la importancia de trabajar para abordar de manera integral los desafíos que enfrenta la población migrante en el país.
Favorecer estrategias eficaces que permitan la regularidad migratoria
Uno de los aspectos sobre los que fueron enfáticos los obispos fue respecto del abogar por la regularización de los migrantes. Al iniciar la presentación y citando parte del documento, el Arzobispo electo de Concepción, Sergio Pérez de Arce señaló: “Pedimos a las autoridades y a otros actores políticos y sociales, que favorezcan estrategias eficaces que permitan la regularidad migratoria de las personas que hoy están en condición irregular y no tienen problemas penales o delictuales. Más de 180.000 personas participaron voluntariamente del proceso de empadronamiento biométrico durante 2023-2024. Muchos de ellos ya cuentan con vínculos familiares en el país, tienen parientes en situación regular, trabajan entre nosotros, estudian en nuestras escuelas. Regularizar a estas personas está dentro de las opciones de la Política Nacional Migratoria y no hay razones serias que justifiquen no hacerlo”.
Sobre esta solicitud se enfatizó que “en ningún caso supone incentivar o generar un “efecto llamado”, pues se hace estableciendo ciertas condiciones que los migrantes se esforzarán en cumplir. Un migrante regular es alguien que adquiere más autonomía, queda menos expuesto a situaciones de vulnerabilidad y es un mejor aporte para la sociedad que lo recibe. Lejos de ser un problema para el país, la regularidad migratoria contribuye a la seguridad y la paz social, permitiendo relaciones más transparentes entre las personas. Es un beneficio tanto para los migrantes como para los chilenos”.
El trabajo conjunto puede asegurar la dignidad de las personas migrantes
Juan Pablo Ramaciotti, del Centro de Políticas Migratorias, enfatizó que hay que “hacerse cargo de las percepciones que no nos ayudan a integrarnos bien, sin desconocer las situaciones que provocan tensiones”, agregando que hay que tener políticas públicas, tener acción desde la sociedad civil o desde el mundo religioso, desde la Iglesia que puedan hacerse cargo de situaciones difíciles, pero desde las evidencias. Además, valoró la labor de la acogida de la Iglesia “en el reconocimiento de la dignidad y valor de los migrantes. Entregando responsabilidad y autonomía. En comunidad y acogiendo”.
Desde el mundo del trabajo, Francisco Jiménez, representante de USEC, señaló estar de acuerdo sobre la necesidad de regularizar la situación de personas migrantes que cumplen con los requisitos: “Es muy importante regularizarlos en primer termino por dignidad, permitiendo integrarlos al mundo laboral”, recordando que la empresa contribuye a la construcción del tejido social y que el país es mejor con la migración, pues aportan mucho valor a las empresas. “Por eso es importante que puedan regularizarse”, partiendo por las 180 mil personas que se empadronaron voluntariamente.
Por otro lado, Felipe Harboe destacó la importancia de la colaboración entre las organizaciones civiles y religiosas: “solo trabajando juntos podremos crear políticas efectivas que aseguren los derechos y la dignidad de todas las personas migrantes”. Sobre la situación enfatizó que no aporta el “buenismo” sobre el tema, pero tampoco la actitud extrema de “cerrar las fronteras”. Valoró que el documento enfatice que, en un país legalista, no se acoja a personas que incluso han entrado regularmente pero que luego por temas administrativos no pueden terminar por insertarse, por burocracia o desidia.
Más allá de la exposición teórico-política, también se pudo conocer experiencias de migrantes que han tenido acceso a los beneficios que entrega INCAMI.
Como el caso de Verónica Moreno, migrante venezolana con siete años en el país. “He tenido dificultades con la visa definitiva que no se ha podido concretar. Esta es mi segunda visita a INCAMI. En la primera oportunidad ellos me orientaron en el trámite, algo muy puntual. Yo recurro acá porque entiendo que es un servicio que está puesto a disposición de todos quienes lo necesiten. Este es un lugar donde puedo encontrar una respuesta concreta y certera de lo que tengo que hacer”.
Una bendición y guía para el servicio que se realiza la Iglesia en Chile
Entre los miembros de la Conferencia Episcopal de Chile, estuvieron presentes monseñor René Rebolledo, arzobispo de La Serena (presidente); monseñor Ignacio Ducasse, arzobispo de Antofagasta (vicepresidente), y monseñor Sergio Pérez de Arce, arzobispo de Concepción (secretario general) y el arzobispo de Santiago, monseñor Fernando Chomali G.. Junto con ellos se hizo presente el obispo de Arica, Moisés Atisha, presidente de INCAMI y de Cáritas Chile y el obispo auxiliar de Santiago, Alberto Lorenzelli.
Sobre la presentación, el Presidente del Episcopado, Arzobispo René Rebolledo expresó: “Agradezco al Señor que hemos tenido esta mañana en INCAMI una jornada significativa y de numerosas perspectivas, al presentar oficialmente el documento de trabajo del Comité Permanente de la Conferencia Episcopal de Chile: “Una mirada cristiana a la migración”. Son numerosas las personas y organismos que colaboraron para su elaboración. A todos, profunda gratitud. Pienso en este día en las instituciones que sirven a las personas migrantes desde hace años, tanto eclesiales, como de la sociedad civil y también del Estado. El Señor sabrá recompensar este servicio abnegado, realizado con afecto sincero y gran dedicación".
Añadió que: “Es una gran bendición haya visto la luz este documento, pues, en tantas intervenciones los pastores hemos tratado los desafíos de la migración y, ahora, contamos con una guía que ofrece numerosas perspectivas para el servicio que estamos realizando en las circunscripciones eclesiásticas de la Iglesia en Chile a este respecto. Lo ofrecemos también como un aporte del Episcopado en momentos en que el país tiene el gran desafío de responder a variados aspectos de la migración, que de uno u otro modo están presentes en el documento", agregando que “Confío y espero que sea conocido, reflexionado y nos impulse a proseguir adelante, acogiendo a las hermanas y hermanos que proceden de otras latitudes, con proyectos, ilusión y esperanza. Gracias por su aporte generoso en la construcción del país y la edificación de la Iglesia, en particular, por aportarnos la riqueza de sus culturas, la acogida de la nuestra, el compartir con nosotros la fe y el amor a Jesucristo Salvador. Tengamos presente que somos “un pueblo peregrino”, camino a la patria del cielo. La celebración anual del “Día del Migrante”, el primer domingo de septiembre, favorezca profundizar en los numerosos desafíos de la migración, pero sobre todo el encontrarnos ante el Señor como la sola familia que somos, por nuestra condición de hijos de Dios y hermanos entre nosotros” enfatizó el Arzobispo Rebolledo.
Una instancia concreta de ayuda en el Día Nacional del Migrante
Al concluir la conferencia de prensa, desde INCAMI se recordó que el domingo 1 de septiembre de 2024 se celebrará el Día Nacional del Migrante Refugiado. Durante esa jornada, se invitará a los católicos de todo el país a donar en una Colecta Nacional que permitirá que INCAMI cumpla su misión pastoral de promover la integración de las personas en movilidad humana.
Documento disponible en versión digital e impreso
El texto completo del documento, en su versión digital, puede ser descargado gratuitamente en línea AQUÍ a través del portal iglesia.cl. En tanto, están disponibles ejemplares impresos a un valor de $ 1.500 a través de www.iglesia.cl/libreria