Con renovado asombro miremos al Niño Jesús

Lunes 23 de Diciembre del 2024

 Prot. CECh 179/2024 

1.    Al llegar la Navidad y mirar al Pesebre en el que nace el Hijo de Dios, enviamos a todos nuestros saludos y deseos de paz, felicidad y esperanza. Dios mismo, por medio de Jesucristo su Hijo, ha querido venir a nosotros, hacerse nuestro hermano, compañero de camino y acompañarnos en los tiempos de alegría y de tristeza, cuando hay triunfo o llega el fracaso. Mirar a Ese Niño, da sentido pleno a nuestras vidas.

2.    En un mundo herido por las guerras, los temores y la inseguridad, el Padre de la Misericordia nos envía a su Hijo, nacido de mujer, “porque un niño nos ha nacido, un hijo se nos ha dado, y el principado está sobre sus hombros; se llamará Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz” (Isaías 9,6). No estamos solos, Dios está con nosotros. Ese Niño es el Emmanuel, que hace posible la paz en los corazones y entre las naciones. Ese Niño es el que nos hace hermanos, especialmente del que sufre. ¡Dios mismo se hace nuestro hermano en la persona de Jesús! concendiéndonos ser sus hijos y herederos de la vida futura. Él nos trae la verdadera Paz, por la que aspiramos al Reino de los cielos y a la vida eterna, poniendo la confianza en sus promesas y apoyándonos no en nuestras fuerzas, sino en el auxilio de la gracia del Espíritu Santo.

3.    Con la llegada de la Navidad, el Papa Francisco dará inicio al Año Santo jubilar 2025, con la Apertura de la Puerta Santa en la Basílica de San Pedro. En los próximos días en cada una de nuestras Iglesias particulares, tendrá lugar esta inauguración. “La esperanza también constituye el mensaje central del próximo Jubileo”. El Año Santo será “para todos un momento de encuentro vivo y personal con el Señor Jesús, «puerta» de salvación” (Papa Francisco). Todos los fieles verdaderamente arrepentidos, excluyendo el afecto al pecado y movidos por espíritu de caridad y que, en el curso del Año Santo, purificados a través del sacramento de la Penitencia y alimentados por la Santa Comunión, oren por las intenciones del Sumo Pontífice, podrán conseguir del tesoro de la Iglesia: plenísima Indulgencia, remisión y perdón de sus pecados, pudiéndose aplicar a las almas del Purgatorio en forma de sufragio.

4.    Acerquémonos con renovado asombro a Ese Niño, descubramos su humildad y ternura. Confiémosle nuestros pensamientos, alegrías y temores. Él se nos pondrá al lado para caminar juntos, como hermanos e hijos de Dios. 

¡Ven, ven Señor no tardes, ven que te esperamos! Al llegar a ver al Niño nos encontraremos con María y José, que nos quieren hacer parte de la familia de Dios.

Deseamos a todos y cada uno de nuestros hermanos y hermanas una Santa y Feliz Navidad. 

El Comité Permanente de la Conferencia Episcopal de Chile

+ René Rebolledo Salinas
Arzobispo de La Serena
Presidente

+ Ignacio Ducasse Medina
Arzobispo de Antofagasta
Vicepresidente

+ Juan Ignacio González Errázuriz
Obispo de San Bernardo

+ Fernando Chomali Garib
Arzobispo de Santiago

+ Sergio Pérez de Arce Arriagada, ss.cc.
Arzobispo de Concepción
Secretario General

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